En ocasiones, cuando nos hacemos una limpieza bucodental, es bastante común que el tratamiento se complemente con un pulido. Seguramente habrás oído muchas veces este término. Pero ¿sabes realmente en qué consiste?
El pulido dental es un procedimiento muy demandado para eliminar las manchas superficiales del esmalte de los dientes, provocadas por una mala higiene bucodental o la ingesta de algunos alimentos como el café o el té.
Asimismo, gracias al uso de instrumentos rotatorios se alisan las superficies rugosas de los dientes. De esta manera, se evita la acumulación de sarro en las irregularidades, causante de la alteración del color natural de los dientes y otras enfermedades como la gingivitis o la halitosis.
El pulido es una técnica sencilla que no provoca ningún tipo de dolor. De hecho, consigue unos resultados inmediatos, óptimos y duraderos sin necesidad de anestesia.
El pulido actúa a nivel higiénico y estético de forma que se obtienen las siguientes ventajas:
Normalmente se aconseja tras una limpieza bucodental. No obstante, también se puede combinar con un blanqueamiento dental cuando las manchas van más allá de la superficie de los dientes.
Los odontólogos recomiendan hacerse una limpieza dental y un pulido 1 o 2 veces al año para prevenir caries y mantener los dientes en buen estado. No basta con una correcta higiene, pues existe placa que el cepillado no puede eliminar y que perjudica gravemente a nuestros dientes y encías.
Desde nuestra clínica dental en Sevilla te aconsejamos visitar regularmente a tu dentista para someterte a una limpieza bucodental profesional, además de un pulido dental. ¡Ideal para hacerte un seguimiento y detectar posibles alteraciones!
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