Aunque la mamoplastia de aumento suele ser la cirugía de pecho más demandada entre el público femenino, muchas mujeres desean disminuir el tamaño de sus mamas. Tener unos pechos muy grandes suele provocar molestias físicas y psicológicas; en estos casos, la mamoplastia de reducción es la cirugía para solucionarlo.
Si padeces hipertrofia mamaria, puede que lleves un tiempo prolongado viviendo con incomodidad. ¿Sientes algunas de estas molestias?
Además, tareas cotidianas como hacer deporte o encontrar un sujetador adecuado pueden volverse un mundo para las mujeres con hipertrofia mamaria. Si sufres estas molestias, es hora de actuar y apostar por la cirugía de reducción de mamas.
Antes de la intervención, el cirujano plástico realizará un estudio mamográfico y una exploración de los senos para evaluar su forma y la tersura de la piel.
Con la mamoplastia de reducción logramos que la paciente luzca unas mamas más pequeñas y proporcionadas con el resto del cuerpo. Se extrae el exceso de grasa y tejido mamario y se elimina la piel sobrante. Por lo general, la intervención dura entre dos y cuatro horas y se precisa anestesia general.
Aunque en este post nos centramos en hablar de la mamoplastia de reducción en mujeres, muchos hombres con ginecomastia también desean eliminar su exceso de grasa pectoral.
La mamoplastia de reducción acaba con los problemas físicos y psicológicos derivados de la hipertrofia mamaria. ¿Quieres lucir un pecho firme, bonito y en armonía con tu cuerpo? Da el primer paso para sentirte mejor: solicita tu primera valoración gratuita.