En la búsqueda de una piel radiante y rejuvenecida, la lipotransferencia facial se presenta como una solución innovadora y efectiva. Este procedimiento utiliza la grasa autóloga del paciente para reforzar los ligamentos de suspensión, tratar la flacidez y restaurar los volúmenes perdidos con el paso de los años, incluso mejorando la oscuridad de las ojeras.
¿En qué áreas del rostro puede aplicarse?
La respuesta es en todas aquellas que necesiten mejorar su apariencia. Desde la frente hasta el surco nasogeniano, pasando por los pómulos y las líneas de marioneta, la lipotransferencia proporciona resultados naturales y duraderos.
Este tratamiento no distingue entre hombres y mujeres, ofreciendo beneficios visibles y una opción no quirúrgica para un envejecimiento más armónico y preventivo.
¿Puede combinarse con otros procedimientos estéticos?
Absolutamente. En tratamientos como el lifting facial o la extirpación de las bolas de Bichat, la lipotransferencia complementa perfectamente al ayudar a sustituir y redistribuir el volumen facial de manera armoniosa y personalizada.
La primera cita es crucial para diseñar un plan de tratamiento personalizado. Se evalúan antecedentes médicos, preferencias estéticas y expectativas del paciente para asegurar resultados óptimos y seguros.
¿Es importante la calidad de la grasa utilizada?
Sí, la elección de la grasa adecuada es fundamental para lograr resultados satisfactorios. La grasa abdominal suele ser la más beneficiosa, aunque también se puede utilizar grasa de otras áreas como las bolas de Bichat o la papada, dependiendo de las necesidades individuales del paciente.
¿Cuál es la duración y la recuperación del procedimiento?
La lipotransferencia facial se realiza bajo anestesia local, asegurando un proceso cómodo y sin dolor. La inflamación inicial se resuelve en aproximadamente tres días, con seguimiento médico para optimizar la recuperación y garantizar resultados óptimos.
¿Y qué pasa con los resultados? Desde el momento del procedimiento, los cambios son visibles y se aprecian aún más a medida que la
inflamación disminuye. A largo plazo, el 60% de la grasa transferida se mantiene de manera permanente, con la posibilidad de retoques mínimos según las necesidades individuales del paciente.
Con el respaldo de un seguimiento profesional continuo, los riesgos de reacciones adversas son mínimos, ya que se trata de la propia grasa del paciente, eliminando preocupaciones sobre alergias o rechazos.
La lipotransferencia facial en Clínica Montecarmelo no solo ofrece una mejora estética evidente, sino también una renovación natural y duradera. ¡Atrévete a redescubrir tu mejor versión!